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Hay personas que tienen un plan preciso de cómo van a alcanzar sus objetivos de forma coherente y no dejan lugar a dudas de que realmente lo harán. No dejan que nada les detenga, ni los contratiempos imprevistos ni otros obstáculos. Encuentran una solución a cada problema y crecen a partir de los retos a los que se enfrentan. Otras personas, en cambio, no tienen ninguna de estas cualidades y, por lo tanto, se sienten rápidamente abrumadas o incapaces de hacer frente a una situación.

La atención plena está actualmente en boca de todos y muchas personas están experimentando un cambio que las aleja de la vida acelerada y las acerca a la desaceleración y la conciencia. Los adultos están empezando a meditar y a experimentar su vida cotidiana de forma más consciente y a ser más conscientes de sí mismos, de sus cuerpos y de sus semejantes. Esto es bueno. Pero la atención plena también puede ser un estilo de vida significativo para los niños y tener muchos efectos positivos para ellos.

Seguro que alguno de vosotros recuerda los recreos en el patio de la escuela primaria cuando piensa en saltar a la comba. Y seguro que ahora sonríes al recordarlo. Era un pasatiempo de niño, era divertido y era literalmente un juego de niños. ¿Sigue siendo así hoy en día? ¿Quién iba a pensar que "saltar a la comba" se convertiría en un deporte reconocido en el que ahora se celebran incluso competiciones internacionales? Lo que se ha extendido del extranjero a Europa como una tendencia, también está conquistando el entusiasmo a nuestras puertas en todos los grupos de edad y grupos deportivos.

Cuando sale humo oscuro de los templos de piedra, los seguidores del culto a Dioniso se sirven vino tinto intenso, los antiguos filósofos discuten apasionadamente en el ágora ateniense y los gritos de victoria resuenan en Olimpia a lo lejos, entonces tú, querido lector, no te encuentras en ningún otro lugar que en el polifacético mundo de la antigüedad griega. Oímos hablar mucho de la antigua Grecia; ya sea del enorme mundo de dioses que gobierna la esfera celeste, de extraños mitos que aún hoy leemos y amamos, o incluso de personalidades como la de Alejandro Magno que desencadenan en nosotros fascinación y curiosidad.